Pero, ¿la digitalización realmente salvará a las escuelas?

Pero, ¿la digitalización realmente salvará a las escuelas?

Las tecnologías ayudan -no hay duda- siempre que no sustituyan el compromiso de estudio, los sacrificios necesarios, el aprendizaje básico. El discurso de Francesco Provinciali, ex responsable de inspección del MIUR y del Ministerio de Educación

Hubo una vez un chiste entre los docentes: entre depender de la Superintendencia o del Ministerio, casi todos eligieron la segunda opción por el simple hecho de que el Ministerio estaba físicamente más lejos. Menos presión y mayor autonomía docente permitieron a los profesores expresar lo mejor de sí mismos, en el aula, con sus alumnos.

Retóricamente en esos años se hablaba de una "misión educativa": tal vez fue una afirmación enfática pero esa generación de maestros y profesores (yo tenía dos en casa, mi padre y mi madre) contribuyó a la alfabetización del país y a las cabezas De esa escuela surgió pensamiento, aprendizajes sólidos y habilidades que pueden ser utilizadas en la vida profesional.

Desde entonces ha habido –siempre ha habido– una relación conflictiva entre burocracia y enseñanza, entre circulares y trabajo con los alumnos. Llegaron circulares a raudales, estuvo el orden y luego la contraorden: con sentido común, los Directores y Directores Educativos filtraron lo necesario de lo superfluo y redundante.

Recuerdo que en 1976 publiqué un artículo titulado "Programmare è simplificare" en la Scuola Italiana Moderna: recibí una llamada telefónica de cortesía del editor de la revista, quien me dijo que había tenido razón y me propuso unirme a la redacción. No lo hice y preferí probar suerte en el camino que entonces seguí y que me permitió sumergirme en la "escuela militante" y luego en la justicia juvenil durante casi medio siglo.

Han pasado 47 años desde aquel artículo y lo reescribiría palabra por palabra porque mientras tanto se han acumulado un sinfín de nuevas palabras, indicaciones, documentos, normas, códigos y codicilos que han hecho, si acaso, más urgente, en el camino y hoy, la tarea, o más bien el deber de simplificación en los procedimientos de planificación y organización del sistema escolar.

Han surgido demasiadas cosas entre la enseñanza y el aprendizaje, mientras tanto los corolarios, las coordenadas cartesianas, los diagramas de flujo, los controles y los controles han aumentado. Si antes los directivos y profesores de las escuelas tenían que devanarse los sesos para interpretar los "gritos" ministeriales y al final prevalecía una especie de "sentido común aplicativo" para hacer funcionar los sistemas escolares, ahora a esa burocracia que viene del centro -constituida de decretos, circulares, directivas, interpretaciones normativas y directrices pedagógicas, proyectos nacionales que generan grupos de trabajo en todos los niveles y ríos de palabras en gran parte inútiles: se ha añadido la burocracia generada por la autonomía escolar, las escuelas se parecen a estructuras paramilitares dirigidas por directivos que la política Querían definir como alguaciles y capitanes de barco como guarniciones.

El clima ha cambiado (ahora se llama clímax) y, habiendo permanecido informado, recojo confesiones de antiguos colegas, nuevos directivos y profesores abrumados por una creciente deriva de complicaciones burocráticas que, es útil subrayar, la digitalización generalizada a veces hace incluso insostenible.

Habiendo sido un profesor decente, un director mediocre y un inspector terrible, me siento con derecho a escuchar los diversos cahiers de doléances: se podrían dar infinitos ejemplos para demostrar que se ha recorrido un camino que lo ha hecho todo más complejo, agotador y difícil.

Desafortunadamente, los resultados no corresponden a las expectativas ya que PISA e INVALSI (OCDE) capturan las tendencias de empobrecimiento educativo en los resultados educativos de los alumnos. Las tecnologías ayudan -no hay duda- siempre que no sustituyan el compromiso de estudio, los sacrificios necesarios, el aprendizaje básico.

Hay estudiantes que tienen dificultades para escribir, leer y aritmética. Las calculadoras, los teléfonos inteligentes y las tabletas han sustituido la destreza manual, los textos escritos con bolígrafo, la ortografía suele descuidarse, la sintaxis se omite por completo, los subjuntivos y los condicionales se confunden entre sí, los algoritmos y el aprendizaje basado en juegos han socavado las operaciones algebraicas y los problemas matemáticos. Las tablas de multiplicar, los poemas, los temas, los dictados quedan sepultados por nuevos códigos semánticos y expresivos, la historia y la geografía casi canceladas incluso en las escuelas secundarias. Reemplazado por el uso de videos, evaluación mediante cuestionarios y pruebas, elimina la narración, la capacidad de resumir, exponer, ya que los conceptos han sido reemplazados por la resolución de problemas y respuestas de opción múltiple.

A los docentes no les conviene partir de la implementación forzada de la diferenciación de tareas y roles, uno se convierte en un simple aprendiz y el otro en tutor dependiendo de los proyectos estudiados en la mesa y casi nunca implementados, la tendencia es a crear metateorías pedagógicas cada vez más enrevesadas. que suele traducirse en un simbolismo críptico hecho de círculos, flechas, intersecciones, conjuntos que se cruzan en el trabajo de proyectos.

¿Puede un docente convertirse en una “función objetiva” y luego convertirse en una “función instrumental”? ¿Y la enseñanza tiene necesariamente que tomar prestados lenguajes, teorías, siglas, siglas, fórmulas de experiencias de otros países?

Cualquiera que lea el plan de formación previsto por el PNRR encontrará una preponderancia global del inglés y de una enseñanza basada casi exclusivamente en la digitalización: es difícil integrar la innovación en la tradición pedagógica consolidada, prevalece una lógica sustitutiva.

Luego están las exasperaciones burocráticas cuya autonomía escolar se convierte en motor de una multiplicación infinita: reuniones pletóricas e intensamente programadas, circulares en mayor número que las ministeriales, a menudo contradictorias.

Un sistema escolar nacional, con su historia y sus tradiciones, sus características y sus fundamentos pedagógicos debe seguir existiendo: Censis ha detectado un empobrecimiento cultural del país, ISTAT ha dado la alarma sobre las cunas vacías, estábamos esperando la llegada de Elon Musk Recomiendanos tener más hijos.

Pero los problemas, incluso los emocionales y emocionales, son más complicados: está surgiendo una lucha palpable por vivir, en las nuevas generaciones incluso un miedo tangible a amar. El tema de la educación sentimental surgió urgentemente de una noticia seria: escribo sobre él desde hace diez años pero no lo reduzco a una materia escolar sino que lo considero – como la educación cívica – un enfoque educativo transversal, que debe permear las relaciones. , las relaciones humanas, el cruce de las disciplinas individuales hasta formar parte de ellas, los estilos de vida, la ética de la enseñanza y la del aprendizaje respetando la autoridad y autoridad de la escuela.

Necesitamos ética y patetismo y no debemos tomar la deriva digital, la IA, el metaverso y la nube como un imperativo categórico.

La formación de mentes críticas sigue siendo el objetivo absoluto de toda formación, ya que es un requisito previo para valores como la libertad y la democracia. Por eso expreso una preocupación específica: las directivas que imponen la digitalización como única vía obligatoria para canalizar la enseñanza y el aprendizaje, además de generar una nueva burocracia críptica a la par que vulnerable y efímera, acabarán tarde o temprano por tomar eliminar la libertad de enseñanza como valor indispensable. Por este motivo el art. 33 de la Constitución nunca puede quedar eclipsado por una estructuración de nuestro sistema escolar según criterios de alineación, si no de homologación. El tema es de absoluta importancia y concierne no sólo al futuro de una profesión, su saber hacer, sino también al mañana (quizás ya hoy) de nuestros hijos y al modelo de sociedad muy claro que debemos tener en mente.


Esta es una traducción automática de una publicación publicada en StartMag en la URL https://www.startmag.it/mondo/ma-davvero-la-digitalizzazione-salvera-la-scuola/ el Sat, 24 Feb 2024 06:59:19 +0000.