Uno de los datos económicos de interés de hoy concierne a Suiza: hoy recibimos la comunicación de un fuerte superávit en la balanza comercial suiza. El superávit comercial de Suiza se amplió a 4.300 millones de francos suizos en mayo de 2023, desde los 2.100 millones de francos del mes anterior, revisado a la baja. Este fue el mayor superávit comercial desde febrero de 2022, gracias al aumento de las exportaciones y la caída de las importaciones.
Las exportaciones aumentaron un 7,8% hasta los 22.300 millones de francos, principalmente de productos químicos y farmacéuticos (15,1%), relojes (3,8%) y maquinaria y electrónica (0,2%). Por países, los envíos aumentaron en Alemania (4,0%), Italia (13,0%), Eslovenia (39,1%), China (11,1%) y Estados Unidos (7,0%), mientras que disminuyeron en Reino Unido (-5,1%). , Japón (-3,8%) y Francia (-5,4%).
Mientras tanto, las importaciones disminuyeron un 3,1% a 18.000 millones de francos suizos, en particular las de productos químicos y farmacéuticos (-11,9%), metales (-2,0%) y energía (-11,8%). Aquí está el gráfico relacionado
¿Cómo un país con una moneda sobrevaluada tiene un superávit comercial? Con eficiencia, inteligencia y mucha, mucha practicidad, esa que ha sido olvidada fuera de sus fronteras.
Pongamos un ejemplo práctico, que explica la montaña política que divide Europa y Suiza: en el parlamento suizo un diputado verde hizo una propuesta que va un poco en contra de lo que sería la visión de un verde alemán o nórdico, pero que explica muy bien la óptica suiza. Si el mercado interno produce suficiente mantequilla, no debe importarse del exterior.
La moción de Zurich Green, aceptada por la mayoría del pleno, pide rápidamente a la Confederación que cambie las condiciones de autorización para la importación de mantequilla: en caso de disponibilidad dentro del país, no se debe permitir la importación desde el extranjero. Evidentemente, de esta forma aumenta el superávit comercial, y sobre todo, se importa lo que falta, no lo que se produce…
La venganza de la mantequilla
Las personas que residen en Suiza, poco más de 8 millones , consumen 5,2 kg de mantequilla por persona en un año (datos relativos a 2021). Tras el ostracismo que ha sufrido debido a las campañas "antigrasas", la mantequilla vive una segunda juventud. En la UE, el consumo per cápita medio es de 4,2 kg, aunque Italia, que prefiere el aceite de oliva, tiene un consumo per cápita de solo 2 kg.
En 2021, los agricultores suizos produjeron 39.700 toneladas de mantequilla: aunque la demanda de mantequilla sigue siendo fuerte o incluso aumenta, la producción autóctona disminuye constantemente cada año y ya no es suficiente para cubrir las necesidades del mercado interior. Esto se debe a que la materia prima, la leche, se utiliza principalmente para la producción de queso, que tiene un mercado más amplio y protegido que la mantequilla.
De hecho, también en 2021, la demanda de mantequilla en Suiza fue significativamente superior a la producción autóctona, alcanzando las 45.878 toneladas. La Oficina Federal de Agricultura (FOAG) – continúa Strebel – ha aumentado así la cuota aduanera de 2021 para la importación de mantequilla en 6.100 toneladas.
Cuotas y derechos de aduana
¿Qué significa aumentar el contingente arancelario? La agricultura suiza está fuertemente protegida de la competencia extranjera. Para ello, la Confederación utiliza dos instrumentos particulares: los derechos de aduana y las cuotas. Suiza es miembro de la OMC, la Organización Mundial del Comercio, pero la OMC tolera estas dos medidas de protección y Suiza las explota correctamente.
Cada año, la Confederación fija una cuota de mantequilla y, en general, de productos lácteos (o incluso más generalmente de productos agrícolas que pueden importarse a Suiza durante un año civil.
Si importa dentro de estas cuotas, los derechos de aduana que debe pagar el importador son modestos, si no nulos. Fuera de estos contingentes, los derechos aplicables (sobre los productos lácteos existe un derecho mínimo del 154,4%) son mucho más elevados.
“El objetivo de tener aranceles aduaneros decididamente altos – aclara Michèle Däppen – es desalentar y prevenir por completo las importaciones”. Solo para dar un ejemplo, agrega Reto Strebel, “si quieres importar mantequilla fuera de cuota, cuesta alrededor de 16 francos el kilo (en lugar de menos de seis francos). Un precio insostenible. Aunque exorbitantes, estos aranceles no desaniman a todos: también hay una importación fuera de cuota, una mantequilla irlandesa, por ejemplo, vendida por un minorista de lujo”. Si uno quiere pagar 24 francos, 23 euros, por kg de mantequilla, puede hacerlo muy bien.
El resultado de estas medidas son económicas, sociales y medioambientales:
- obviamente, la balanza comercial suiza es positiva, a pesar de un costo de vida extremadamente alto;
- se protege el sector agrícola suizo y, por tanto, la estabilidad social del país;
- se protege el medio ambiente, tanto al permitir la actividad de conservación territorial realizada por los agricultores como al evitar importaciones innecesarias
Por supuesto, ver esta regla aplicada por un país liberal y mercantilista es un poco impresionante, pero este es un enfoque práctico y empírico de la economía, que funciona caso por caso. Estamos lejos de lo que pasa en la UE de maximalismo inconcluso, como se ve en el sector servicios, y los resultados se ven.
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