El 31 de octubre, Rachel Ridgeway dio a luz a los mellizos, Lydia y Timothy Ridgeway, en un hospital de Tennessee, EE. UU. El nacimiento habría sido tan normal como cualquier otro parto en un hospital, excepto que los gemelos fueron concebidos en 1992, informa CNN.
Rachel y su marido Philip ya son padres de otros cuatro hijos, pero hace unos años se encontraron con el término donación de embriones y decidieron tener más hijos mediante un procedimiento médico en el que se implantan embriones congelados en un embrión femenino.
¿Por qué se congelan los embriones?
Las parejas que tienen dificultades para concebir naturalmente a menudo recurren a procedimientos como la fertilización in vitro (FIV), en la que el esperma masculino y el óvulo femenino se fertilizan en un laboratorio para aumentar las posibilidades de éxito. También se puede utilizar un óvulo o esperma de donante en este procedimiento, que a menudo conduce a la creación de varios embriones, de los cuales solo se trasplantan algunos.
El resto de los embriones pueden ser donados con fines de investigación médica o criopreservados para su uso futuro por la misma pareja o por otras personas que deseen tener hijos. En el caso de los mellizos Lydia y Timothy, se encontraban entre los cinco embriones congelados de una pareja no identificada en abril de 1992.
Permanecieron congeladas en nitrógeno líquido a casi 200 grados bajo cero y fueron almacenadas en un centro de fertilidad en West Coat hasta 2007, luego de que la pareja las donara al Centro Nacional de Donación de Embriones (NEDC) en Knoxville, en Tennessee, con la esperanza de que fueran puesto a disposición de otra pareja para "adopción de embriones".
Si bien técnica o legalmente no es un proceso de adopción, las parejas pueden optar por implantar sus embriones sin tener que pasar por el costoso y lento proceso de la FIV. En este escenario, los padres no tienen una relación genética con el niño, aunque pueden hacerlo directamente, pero pueden seguir el proceso de embarazo y crecimiento de un niño.
El NEDC es una organización privada basada en la fe que requiere que los receptores de embriones estén en una relación heterosexual, hayan estado casados durante al menos tres años y se sometan a una evaluación familiar antes de proporcionarles embriones para un procedimiento médico.
Los futuros padres que han pasado por este proceso acceden a la base de datos donde se anotan las características de las donantes, como etnia, edad, altura, peso, historial de salud, educación, ocupación, orientación musical, etc., y pueden elegir los embriones que deseen.
Cuando Rachel y Philip Ridgeway se enteraron de esta posibilidad, quisieron darles la oportunidad de nacer a estos embriones congelados y elegir a los que estaban esperando más tiempo.
Los cinco embriones fueron enviados a un centro médico, donde fueron descongelados después de 30 largos años. Dos resultaron no vitales, mientras que la pareja decidió implantar los tres restantes, procedimiento realizado en marzo de este año. Los estudios han demostrado que los embriones congelados tienen entre un 25 y un 40 % de posibilidades de nacer vivos, pero en este caso, dos de cada tres embriones llevan el embarazo a término. “Tenía 5 años cuando Dios dio vida a Lydia y Timothy, y ha estado preservando esa vida desde entonces”, dijo a CNN Philip, padre de los mellizos. “Hay algo sorprendente en esto. En cierto sentido, son nuestros hijos mayores, incluso si son los más pequeños".
El récord anterior, establecido en 2020, era de un embrión congelado durante 20 años.
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