Así se moverá China en Afganistán

Así se moverá China en Afganistán

¿Cuál será la estrategia de China en Afganistán? El análisis de Giuseppe Gagliano

Hasta ahora, el liderazgo chino ha reaccionado de manera pragmática a la crisis en Afganistán. Ha adoptado una postura neutral en Afganistán, cultivando relaciones tanto con el gobierno del presidente Ashraf Ghani como con los talibanes. Colaboró ​​con Kabul en la lucha contra el terrorismo y la seguridad bilateral, incluida la creación de una brigada militar para evitar que los militantes de ISIS crucen la frontera china. Pero también invitó a líderes talibanes a conversaciones en Beijing en 2019 y, según informes, ofreció incentivos económicos y políticos a cambio de negarse a albergar a militantes uigures. Saben que deben trabajar con los talibanes para mantener la frontera segura, incluso si no se puede confiar en que los mulás cumplan su palabra.

Es probable que Beijing aumente la ayuda al desarrollo, la creación de capacidad y la asistencia en materia de seguridad después de la retirada de Estados Unidos. Pero el nivel de compromiso dependerá de cómo se desarrolle la situación política. Si el proceso de paz fracasa, como era de esperar, Beijing presionará por una solución multilateral. No está preparada para correr el riesgo de una intervención unilateral, que podría llevarla a caer en un atolladero afgano como los británicos, los soviéticos y los estadounidenses antes que ella. Ha establecido un "mecanismo de diálogo" trilateral con los ministros de Relaciones Exteriores de Afganistán y Pakistán, mientras que sus fuerzas fronterizas brindan apoyo a sus homólogos afganos, paquistaníes y tayikos.

Si la guerra civil continúa, el siguiente paso será convocar una misión de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas. La ventaja de una fuerza de la ONU es que será políticamente neutral y requerirá el consentimiento de ambas partes. Es probable que China se presente con sus propias tropas, de las cuales 2.200 sirven actualmente como fuerzas de paz en África y Líbano.

Si la ONU no interviene, Beijing recurrirá a la Organización de Cooperación de Shanghai. Liderada por China y Rusia, la OCS incluye cuatro de las cinco repúblicas de Asia Central, así como India y Pakistán. Afganistán e Irán tienen estatus de observadores. Al abarcar a todos los gobiernos regionales, la OCS confiere legitimidad política a la intervención regional. Aunque su estatuto requiere específicamente que sus miembros luchen contra lo que Beijing llama los "tres males" del terrorismo, el separatismo y el extremismo religioso, no ha prestado suficiente atención a Afganistán. En mayo, el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, pidió a la organización que hiciera más.

En una reunión con sus homólogos de Asia Central, Wang también pidió una mayor cooperación para garantizar "la seguridad de la Ruta de la Seda". La protección de los proyectos de BRI es una de las principales preocupaciones de China. Sus inversiones y proyectos de construcción en las cinco ex repúblicas soviéticas de Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán, Uzbekistán y Turkmenistán totalizaron 56.000 millones de dólares entre 2005 y 2021, según el Chinese Global Investment Tracker. Pakistán es un receptor aún mayor, con proyectos por valor de 65.000 millones de dólares. El Banco Mundial estima que se han pagado 32.000 millones de dólares al CPEC solo durante el período 2014-2019.

Entre bastidores, Pekín habla de "reconstruir Afganistán": convertir las inversiones en infraestructura en una zanahoria a cambio de una garantía de estabilidad. En una reunión por video en junio, China y Pakistán se comprometieron a expandir los lazos económicos y comerciales con Afganistán, lo que, según los diplomáticos, podría involucrar la extensión del CPEC a Afganistán. Los posibles proyectos incluyen una línea ferroviaria que conecta a Quetta con Kandahar y un cable de fibra óptica que cruza el corredor de Wakhan, la lengua de tierra que conecta Afganistán con China.

Por ahora, estos proyectos son solo castillos de arena. Las preocupaciones por la seguridad han dejado en suspenso las dos principales inversiones de China en Afganistán, la mina de cobre Aynak y el campo petrolero Amu Darya, durante una década o más. Si Pakistán no puede proteger los proyectos de CPEC y sus trabajadores chinos con una fuerza de seguridad de 60.000, las posibilidades de Afganistán parecen aún más escasas.


Esta es una traducción automática de una publicación publicada en StartMag en la URL https://www.startmag.it/mondo/cina-afghanistan-obiettivi/ el Sat, 21 Aug 2021 04:52:10 +0000.