En Alemania la transición energética revela su verdadera cara. La ciudad de Oranienburg , en Brandeburgo, se enfrenta a un problema: las empresas municipales han anunciado que ya no podrán autorizar nuevas conexiones ni aumentos de potencia para las conexiones domésticas con efecto inmediato. Esto significa que no será posible conectar a la red nuevas bombas de calor, estaciones de carga o zonas industriales . Al parecer, la red eléctrica no tiene suficiente capacidad, como informa Handelsbatt. .
Según las empresas municipales, la red de alta tensión no tiene capacidad suficiente para el crecimiento de la ciudad. Las opciones de suministro se han agotado, afirma el director general Peter Grabowsky. La ciudad ha informado del problema a la Agencia Federal de Redes.
El anuncio está causando sensación. Al fin y al cabo, parece el primer presagio de los retos que traerá la transición energética. Según muchos, Oriemburg es sólo el comienzo de la crisis definitiva de la red alemana.
¿Hay realmente algo que temer? El experto en redes eléctricas Pascal Hütt, de la consultora de gestión Arthur D. Little, afirma: "En Oranienburg, el problema es una estación transformadora". Ésta es una situación bastante particular. "Sin embargo, en general creo que en un futuro próximo se producirán con mayor frecuencia cuellos de botella en la red eléctrica en los servicios públicos municipales".
Un problema de cuello de botella
Hay tres causas que están provocando cuellos de botella en la red alemana:
- En primer lugar, la demanda de electricidad está creciendo enormemente debido a los puntos de carga para automóviles y las bombas de calor, es decir, aquello que las regulaciones europeas exigen cada vez más.
- En segundo lugar, cada vez más personas se trasladan a las ciudades, lo que requiere más conexiones urbanas nuevas y también más energía.
- En tercer lugar, la gran necesidad de expansión, combinada con un bajo rendimiento regulatorio del capital, pone a los operadores de redes en dificultades cuando se trata de financiar las inversiones necesarias en infraestructura.
El hecho es que los operadores de redes en las ciudades no pueden pedir grandes contribuciones para las conexiones, mientras que en las zonas rurales existe una mayor posibilidad de obtener recursos financieros. Por eso las compañías eléctricas se muestran reacias a invertir.
El resultado es una emergencia.
Como resultado de la transición energética, se utiliza cada vez más electricidad para evitar la quema de combustibles fósiles como el gas, el petróleo o el carbón: los coches funcionan con electricidad en lugar de gasolina, las bombas de calor se calientan con electricidad en lugar de gas y muchas empresas están electrificando sus hogares. procesos.
El problema con las redes es que fueron adaptadas o construidas en las décadas de 1990 y 2000, antes de que surgiera toda esta crisis climática y, por tanto, explotara la moda por las bombas de calor y los coches eléctricos. Ahora se trata de rehacer todo, pero esto requiere recursos y tiempo.
Un caso que no debería existir, pero mientras tanto existe
Un caso así no debería ocurrir en Alemania. La Agencia Federal de Redes introdujo en enero un reglamento: según el artículo 14a de la Ley de la Industria Energética (EnGW), los operadores de redes deben conectar nuevos dispositivos, como bombas de calor o puntos de carga.
A cambio, sin embargo, se les permite cortar el suministro de electricidad a los consumidores si existe riesgo de sobrecarga grave de la red. En este caso, cargar coches eléctricos o hacer funcionar bombas de calor recibe temporalmente menos electricidad y se carga más lentamente o calienta menos. Entonces , en teoría estás conectado, pero en la práctica puedes quedar fácilmente desconectado de la red.
La Agencia Federal de Redes confirmó al Handelsblatt que, en principio, existe la obligación general de conexión a la red. "Los operadores de red también deben actualizar su red con previsión, para evitar problemas de capacidad insuficiente".
En realidad, sin embargo, la mayoría de los operadores aún no son técnicamente capaces de determinar la carga de su red con la suficiente precisión como para desconectar los equipos que absorben más energía, algo que sólo es posible en las instalaciones más modernas. Como alternativa existe el rechazo de la conexión o la desconexión de toda la red.
¿Cuántos casos más de Orianenburg veremos en el futuro?
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