Mis deseos para el Quirinale

Mis deseos para el Quirinale

De Gregori en el Panteón y Mattarella nuevamente en el Quirinale. Los arañazos de Damato

Aunque prematuro, con sus 70 años cumplidos felizmente en abril, cinco menos de los que acaba de celebrar la República en las plazas de Italia y en el Quirinal, es merecido el destino de Francesco De Gregori al Panteón Nacional, que con simpatía le otorga la hoja . . Quién comentó con este destino, de hecho, el pasaje más evocador del discurso de celebración de Sergio Mattarella: aquel en el que el jefe de Estado instó a todos, viejos y jóvenes, a reconocernos en los versos escritos, traducidos a música y cantados precisamente por De Gregori recordando que "somos historia".

Es Historia, con mayúscula, en la que nadie debe sentirse ofendido o excluido "en este prado de agujas bajo el cielo", en medio de ruidos y silencios "duros de masticar". O entre los falsos gritos contra "todo el que roba de la misma manera", lanzado sólo para "convenceros de que os quedéis cerrados cuando llegue la noche", mucho antes de que otros gritos, esta vez justificados por la pandemia y traducidos en decretos, nos obligaran a hacer hora del toque de queda para protegernos del atentado de Covid.

Es la Historia la que "da mal o da razón", quizás no a los mismos que se lo habían atribuido intempestivamente. Es la historia de nosotros que "tenemos todo para ganar y todo para perder", incluso cuando intentamos cerrar los ojos, sin darnos cuenta de que "a la hora de elegir e ir" te encuentras "todas las personas con los ojos abiertos", sabiendo “muy bien qué hacer”. Y así sucesivamente, hablando y cantando.

El De Gregori elegido con ingenio por el jefe de Estado en lo que personalmente espero -como explicaré más adelante- no pueda realmente convertirse en el último de sus pronunciados en el cargo por el cumpleaños de la República, es el cantautor de los momentos o fases inspiradas en el 'optimismo. También es el De Gregori de "Viva l'Italia", que conmovió y complació tanto a Bettino Craxi que, en medio de las quejas y luego también de las protestas de los interesados, finalmente se liberó la banda sonora de las manifestaciones de la orgullosamente autónoma PSI. del miedo, del asombro y más en las relaciones con el partido hegemónico de izquierda. Cuál fue el PCI, preferido, o en el que el cantautor fue más reconocido antes de que la historia lo achacara con la caída del Muro de Berlín. Para escapar de las ruinas de las que Botteghe Oscure cambió de nombre y símbolo, y luego también el asiento.

El De Gregori elegido por Mattarella para emocionar y animar a los italianos no es el cantautor desanimado que en 1976 -tras un anacrónico juicio que le hicieron en el Palalido de Milán los colectivos estudiantiles y los extraparlamentarios rojos para reprocharle el dinero que ganaba explotando, según ellos, los conceptos izquierdistas que ya expresaba en sus canciones – propuso retirarse en protesta contra los que le acababan de ahorrar sólo "aceite de ricino". Pero fue una protesta que por suerte para nosotros duró muy poco, porque pronto volvió a calentar al público.

El pesimista De Gregori, al que Mattarella ciertamente no ignora pero no ha mencionado con razón en una ocasión festiva como el 2 de junio, es quien en 1989 previó la "regla del 2000" incluso "la legalización de la mafia" y en 1993 señaló en la tragedia del Titanic el evento simbólico "del siglo", que ya había producido dos guerras mundiales y en Italia también los años de plomo en plena democracia. El pesimista De Gregori fue también quien nos instó a no comprar un auto usado de un "optimista" o de uno que fuera abiertamente, audazmente "moderno". Pero, ¿quién de nosotros, después de todo, nunca ha alternado momentos y ocasiones de optimismo y pesimismo?

Personalmente, por ejemplo, considero demasiado optimista la intención, el deseo y cualquier otra cosa expresada recientemente por Mattarella a un grupo escolar romano de tomarse un merecido descanso "en ocho meses", cuando expire su mandato presidencial. Temo y al mismo tiempo espero su esfuerzo extra, un sacrificio como el calculado por su antecesor Giorgio Napolitano. Quien en 2013, en un Parlamento recién electo pero bloqueado en la elección de su sucesor en el Quirinal, aceptó con la reelección que le ofrecieron en procesión los representantes de un poco de todas las fuerzas políticas para permanecer en su lugar por otras dos. años, reemplazado en 2015 precisamente por Mattarella.

Este último conoce bien, sin que un periodista modesto como yo tenga que recordarle, la debilidad inherente de otro Presidente de la República elegido el año próximo por un Parlamento destinado al año siguiente a ser modificado numéricamente, reducido en más de un tercio de la. asientos, y políticamente. Y esto por los tiempos desafortunados, por decir lo mínimo, de una reforma impuesta, aunque con un bicameralismo inalterado, por los Grillini primero a la Liga Norte y luego al Partido Demócrata, alternando en la alianza de gobierno con las 5 Estrellas. Formalmente, por el amor de Dios, sería un presidente legítimo, en plena vigencia desde el primer hasta el último día de su mandato de siete años, sujeto a la prohibición de disolver las Cámaras en los últimos seis meses de su mandato. De hecho, sin embargo, sería un presidente cojo, evitable solo si Mattarella aceptara generosamente esperar la elección de las nuevas cámaras para tomar el resto y el laticlavio que le corresponde. La historia, presidente, para citar a De Gregori, también es usted.

Publicado en Duda del 4 de junio


Esta es una traducción automática de una publicación publicada en StartMag en la URL https://www.startmag.it/mondo/i-miei-auspici-per-il-quirinale/ el Sun, 06 Jun 2021 05:30:23 +0000.