Los nuevos viajes culinarios del gastronauta Davide Paolini

Los nuevos viajes culinarios del gastronauta Davide Paolini

"Confieso que comí" de Davide Paolini leído por Tullio Fazzolari

El caviar de los pobres no es el sustituto menos costoso en los estantes de los supermercados. El auténtico, preparado con huevas de peces muy pequeños, solo se puede degustar en Calabria en las costas jónicas. Así como la berenjena roja es una especialidad exclusiva de la zona de Monte Pollino. Estos son solo dos de los innumerables descubrimientos gastronómicos que se hacen leyendo “Confieso que comí” de Davide Paolini (Giunti, 272 páginas, 18 euros). Ciertamente no es la primera vez que Paolini, también conocida con el seudónimo de Gastronauta, sorprende con revelaciones culinarias. Basta recordar libros como "Los lugares del gusto" o "Las recetas de la memoria" que son una especie de reportaje, fruto de un deambular en busca de originalidad y cosas poco conocidas.

Pero esta vez es un poco diferente. “Confieso que comí” nació y se escribió en los días más difíciles del encierro. Es entonces cuando al Gastronauta le resulta imposible continuar con sus andanzas. El "viaje" que siempre ha caracterizado su obra está prohibido. Pero una profesión y, sobre todo, una pasión no se limitan a las paredes de un apartamento. La solución y, en cierto modo, la posibilidad de escapar es un viaje casi virtual que Paolini es capaz de hacer igualmente abriendo de memoria el archivo de las cosas que ya ha visto.

No faltan las sorpresas. De la nueva navegación del Gastronauta llega por ejemplo el intercambio de parejas. Lo que significa maridar ostras con Lambrusco y una copa de champán con un bocadillo con mortadela. Combinaciones ciertamente insólitas pero, al menos en el segundo caso, incluso denunciadas por uno de los más prestigiosos elaboradores de champagne. Entonces es fácil decir ostras. Cuando vas a comprarlas a la lonja, lo mejor que puedes saber es de qué mar proceden. Pero si te dejas guiar por Paolini hasta Bretaña, descubres que hay muchas calidades diferentes, como el belon y el marennes, y que cada uno de estos se divide en categorías según su tamaño. En cuanto a las hamburguesas, es bien sabido que se comen en todas partes. Pero no saben igual y el que se degustó en San Diego junto a una botella de cerveza mexicana queda imborrable en la memoria del Gastronauta.

El viaje de Paolini continúa y, además de la curiosidad por la comida, el vino y los licores, hay una razón más contingente para seguirlo. En los días del encierro, cuando se escribía "Confieso que comí", muchas personas intentaron escapar descubriendo el encanto de los fogones. Había quien nunca había cocinado ni un huevo frito e improvisado como pizzero. Quizás los resultados no siempre han sido emocionantes pero vale la pena continuar porque la comida no es solo un medio para sobrevivir sino que es también o sobre todo un poco de arte y un poco de cultura como enseña el Gastronauta.


Esta es una traducción automática de una publicación publicada en StartMag en la URL https://www.startmag.it/mondo/i-nuovi-viaggi-culinari-del-gastronauta-davide-paolini/ el Sat, 19 Feb 2022 08:55:55 +0000.