Andrea Purgatori, el tumor, la investigación fiscal y la medicina algorítmica

Andrea Purgatori, el tumor, la investigación fiscal y la medicina algorítmica

Hechos y consideraciones al margen de la investigación abierta por la fiscalía de Roma sobre la muerte del periodista Andrea Purgatori. Las cursivas de Battista Falconi

Por lo que sabemos de las noticias, la única fuente en la que confiamos, al no tener acceso directo y completo a los documentos judiciales, un médico y un técnico de un centro de diagnóstico habrían sido inscritos en el registro de sospechosos en el proceso abierto por la fiscalía de Roma sobre la muerte de Andrea Purgatori.

La investigación por homicidio culposo por “mal trato” se abrió tras la denuncia presentada por familiares. El periodista falleció en un hospital romano a causa de una "enfermedad breve fulminante": por lo que sabemos, una forma de cáncer, con origen en los pulmones y metástasis en el cerebro, tratado con un ciclo de radioterapia y con mejoras iniciales visibles. Sin embargo, después de visitas e investigaciones adicionales, no se confirmaron las metástasis y, de hecho, las lesiones se evaluaron como isquemia. Ahora la fiscalía de Roma tendrá que investigar cualquier error, comenzando con los registros médicos y luego con la autopsia.

Solo podemos comentar con evaluaciones presuntivas. El primero se refiere al nivel de los profesionales de la salud involucrados, que parecen ser profesionales de primera calidad. El segundo está relacionado con el nivel de atención máxima que generalmente se presta cuando el paciente, como en este caso, es una figura pública. El tercero se refiere a los tiempos del procedimiento médico, que deberían haber permitido verificar y profundizar los resultados del diagnóstico: es decir, no nos encontramos en el contexto de una intervención de urgencias, en la que la habilidad y la experiencia de los médicos se subordinan a la emoción de la elección inmediata. Las condiciones que podemos hipotetizar hacen que la batalla judicial parezca un instrumento de escasa utilidad para la constatación de una "verdad" difícilmente encuadrable en el marco de la culpabilidad penal. En resumen, deberíamos encontrarnos en el inevitable juicio subjetivo por ahora, para el cual se pueden proponer tratamientos que solo el resultado revela si y cómo dar en el clavo.

¿Qué podemos suponer que sucederá en el futuro? Independientemente del hecho concreto, ¿cómo afrontar la cuestión general de la competencia personal ahora insuficiente frente a las difundidas reclamaciones de los pacientes a los familiares, que ya no aceptan sufrir un error de juicio en la atención sanitaria, aunque sea cometido de buena fe, en pleno cumplimiento de la deontología? El médico ya se ha convertido en una profesión que "los italianos ya no quieren hacer", por las jornadas agotadoras de la vida hospitalaria, el peso de la responsabilidad, los tiempos infernales de la rutina de la sala, la imposibilidad de estudiar, evaluar, reflexionar, la reducción de los casos atendidos en números, porcentajes, presupuestos. Condiciones que disuaden especialmente a los jóvenes, que prefieren invertir sus estudios de forma más rentable y volcarse a la actividad privada, o aportar sus conocimientos a la industria farmacéutica.

Por otro lado, la medicina es una de las disciplinas que más puede beneficiarse de la disponibilidad del big data, de las inmensas cantidades de información que las redes y sistemas digitales permiten almacenar, modelar y compartir. Si una imagen plantea la duda diagnóstica entre isquemia y metástasis, en un día no muy lejano será suficiente una consulta y allí estará la respuesta probabilística altamente objetiva lista para frustrar cualquier hipótesis investigativa. Para el cuidado de la salud, la inteligencia artificial vislumbra un mundo hermoso en el que rige la verdad impersonal, en el que ningún médico, enfermera o gestor de salud tendrá que hacerse cargo de lo que dice, ya que podrá delegarlo de manera impersonal en la máquina que muele información y escupe juicios.

Evidentemente, aún más que hoy, en el mundo de la inteligencia artificial, la formación universitaria y clínica nos dotará de profesionales incapaces de afrontar las incertidumbres y riesgos de la medicina subjetiva. El cual se compone de palpaciones, auscultación, escucha de anamnesis y quejas, olfato de diversos tipos de humores. Ya no diremos "33" o, peor aún, lo diremos al micrófono de una grabadora de la que saldrán diagnósticos y terapias, como de una máquina tragamonedas o de galletas en los restaurantes chinos. Nuestro interlocutor de bata blanca será sustituido por una máquina a la que no podremos demandar, como mucho podremos culpar al creador del algoritmo.


Esta es una traducción automática de una publicación publicada en StartMag en la URL https://www.startmag.it/sanita/andrea-purgatori-il-tumore-linchiesta-della-procura-e-la-medicina-per-algoritmi/ el Sat, 22 Jul 2023 19:27:17 +0000.