«Literalmente nuestra ideología»

En mis últimos días en Twitter acepté sin dudarlo la invitación para poner el "ladrillo" en el perfil, habiendo ya seguido y agradecido a quienes lo habían hecho antes que yo. No sólo había admirado la habilidad de los "albañiles" para traducir la repetición plomiza de los pensamientos masticadores y mucosos prescritos a las masas y loros en los salones parlamentarios en una nueva comedia. No solo la capacidad de agregar a los desconcertados y decepcionados, de emanciparlos de una crítica que ahora jadea por la implacabilidad de los acontecimientos y de forjarles un estilo brillante y paradójico, única respuesta posible a las vulgares paradojas de las representaciones acreditadas. En esta práctica, también había aparecido la trama de una reflexión que siento cercana a mí y que los albañiles, los primeros y quizás los únicos entre sus contemporáneos, lograron estructurar en una verbalización arrolladora que nada cede al pantano muerto de " hegemonía cultural ". En cambio, se saltan ese pantano en pie de igualdad, habiendo entendido el único propósito que le queda, asimilarlo todo devorándolo entre sus heces fangosas, en el proceso de devorarse a sí mismo.

Me había propuesto escribir sobre estos temas, cuando algunos exponentes del movimiento (o lo que sea) me precedieron publicando un manifiesto (o como quieras llamarlo) que ilustra en puntos lo que se ha ilustrado en el campo. Bajo licencia de los autores lo propongo en su totalidad a continuación. Los lectores encontrarán temas ya queridos en este blog, en una exposición más incisiva y menos pedante: el rechazo del "debate", la estadística y el uso totémico de las ciencias naturales, la irredimibilidad del modelo antropológico posmoderno, la necesidad de un mítico refundación e, incluso antes, el vicio radical de la cognición protésica masiva, tema al que también dedicaré mis próximas contribuciones.

En este último sentido, por tanto, la afirmación de las "telarañas" como un lugar "libre" y desintermedio, incluso "terreno más fértil para el nacimiento de … nuevas construcciones, me deja muy perplejo – la primera de las dos únicas notas que me trasladaría al texto "social, antropológico, ontológico" (punto 3.6), y no a una ciudadela enemiga que se doblegaría con el boicot y la deserción hoy, la erradicación mañana, para restablecer la necesaria primacía de la experiencia y romper el más poderoso de los totalitarios. hechizos.

Finalmente, me cuesta entender por qué el programa de estudios de Papa Mastai no fue elegido para resumir el programa político y espiritual del movimiento.

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EL LADRILLO

O UNA CONTRA-AGENDA PARA EL CONTRA-HOMBRE

(texto original en https://laterum.wordpress.com/2021/03/15/il-mattone )

Como, Villa Triste, 8 de marzo de 2021

"Me falta consistencia, no lo tengo, no lo quiero, te lo doy todo viejo!"

– Colegiala albañil, sec. XX

Premisa

El manejo perverso y suicida de la pandemia Covid-19 ha representado un desastre para la humanidad. El proceso de degeneración de la sociedad no se puede detener, sino que también debe ir acompañado de su conclusión natural.

El mundo posmoderno es literalmente el giro de una lavadora que se vuelve loca e imparable: el fabricante de ladrillos ni siquiera intenta detenerlo. Abre la portilla y le arroja un ladrillo.

1. El ladrillo no es un movimiento político. Más bien, se caracteriza como una forma de adhesión absoluta e inmediata – no mediada – a un principio, una idea, una instancia: el rechazo seco del paradigma post-pandémico de soja-hombre.

1.1 Para los hombres de la soja, la pandemia representa la única forma de sentirse parte de una epopeya colectiva, a través de acciones que están a su alcance: quedarse en casa o cubrirse la cara. El hombre de soja elige no vivir para no correr el riesgo infinitesimal de morir, o por el miedo que le inculcan de hacer daño a su vecino.

1.2 El ladrillero, por el contrario, rechaza los falsos mitos de la narrativa mediática y mediatizada, oponiéndolos a las únicas categorías antropológicas todavía válidas al mismo tiempo en el mundo pospandémico, a saber, la vieja dicotomía esclavo / hombre libre. El objetivo contingente del ladrillo, si alguna vez lo hubo, sería precisamente reunir a todos los hombres libres de este mundo.

1.2.1 Quien tiene el ladrillo es uno de nosotros, aunque ya nos hemos desvinculado de quien tiene el ladrillo. El ladrillo es una asociación libre de personas disociadas.

1.2.2 Irónicamente, puede tener el ladrillo incluso sin tener literalmente el ladrillo, sea lo que sea que eso signifique. Asimismo, la posesión no vale un título.

1.3 El ladrillo se configura como una doctrina espiritual prepolítica, trascendente y antropológica. El ladrillo, entre otras cosas, es pura reacción, pura aceptación de la derrota y consecuente retirada estratégica del mundo, renunciando a cualquier ambición. Una especie de ascetismo, triste y alegre al mismo tiempo. El ladrillo es la búsqueda de una salida a los desvaríos de la posmodernidad, además de ser en sí mismo un destino plausible.

1.3.1 Al ser una doctrina espiritual, el ladrillo no tiene contenido oficial ni ideas fijas en torno a nada. Los albañiles individuales los tienen ciertamente, pero siguen siendo totalmente personales y de ninguna manera atribuibles al movimiento en su conjunto, del que todos se disocian, siempre y en cualquier caso.

1.3.2 De hecho, la fabricación de ladrillos no tiene patria, si no es de ladrillo, y no tiene compatriotas sino albañiles.

1.3.3 La construcción de ladrillos rechaza, por tanto, cualquier forma de discriminación basada en el sexo, la raza, el género, la política o la religión. Cualquiera puede abrazar el ladrillo. Si tienes el ladrillo eres mi hermano (sin importar tu relación con el recaudador de impuestos).

1.3.4 El ladrillo, por lo tanto, desaprueba todas las formas de racismo, excepto una: la adhesión al pensamiento y la doctrina política del Sen. Cav. Antonio Razzi.

1.3.5 La fabricación de ladrillos repudia la violencia, sin peros, como método de lucha y resolución de conflictos políticos.

1.3.6 El albañil nunca apelará a los llamados derechos humanos, que en general no reconoce, sin perjuicio del derecho a acudir al banco y oficina de correos.

1.3.6 [ sic ] La fabricación de ladrillos devuelve al remitente cualquier tipo de etiqueta ideológica: no tiene ideología, porque considera ideologías ahora desprovistas de significado concreto. En la fenomenología del ladrillo, todas las ideologías no son más que manifestaciones infantiles del ladrillo.

1.3.7 Los albañiles, por tanto, no están unidos por una ideología específica, ni (principalmente) por un estilo: están unidos por un mismo camino existencial. Uno se convierte en ladrillero a través de una intuición espontánea de sympàtheia, con la que se reconoce en el otro un compañero, un amigo o, mejor, un frèn.

1.4 El ladrillo es aceleracionista: mediante su dialéctica, pretende abrir el camino a la singularidad que conducirá al colapso definitivo del paradigma actual. No se centra en la ventaja marginal a corto plazo, consciente de que dentro del paradigma antes mencionado solo sería una victoria pírrica. Por el contrario, persigue activamente la destrucción del paradigma actual, tanto creando uno alternativo, como aplaudiendo los aspectos más dementes y autodestructivos del actual. El ladrillero es un divertido espectador de la autofagia furiosa y post-rema del Leviatán: habiendo devorado todo lo demás, sólo queda alimentarse de sus propios miembros.

1.4.1 Siempre que Pirgopolinice-in-capo lo pone (a su pesar) antes de la hora de las decisiones irrevocables, el ladrillero espera la solución más forzada, delirante, descarada y preñada de los cerdos anteriores, de modo que incluso los ingenuos y ingenuos comienzan a vadear en el abismo, a desarrollar la convicción de que no se puede luchar con razón contra un enemigo que no conoce medida, que hace alarde sin arrepentimiento de su propia vergüenza.

1.4.2 La Constitución italiana es un colador, que permite cualquier inmundicia en nombre del "progreso", en medio del atronador aplauso de cinco generaciones de constitucionalistas. Pensar que podría representar una trinchera es ingenuo. El regreso al "espíritu del 48" y las interpretaciones "originalistas" son perspectivas poco realistas.

1.5 El albañil es un terrateniente, si no, ¿cómo no se van a caer las antípodas? De cualquier manera, él no cree que la Tierra sea realmente plana, ese no es el punto.

1.6 Como doctrina espiritual, el ladrillo es aplicable a todos los campos del conocimiento humano (y también a lo que, trascendiendo la razón humana, no pertenece al ámbito del conocimiento).

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2. La sociedad del espectáculo, mediada por la televisión y los medios de propaganda, ha creado una realidad ficticia, ni remotamente rastreable con los sentidos, que rápidamente devuelve una realidad diferente a la presentada por los medios de comunicación. Quien quiera persuadirnos de lo contrario, prepárese para fallar. Por tanto, el ladrillo representa una respuesta real a la realidad ficticia puesta en escena por los medios.

2.1 No solo rechaza la “realidad”, sino que – vanguardista – crea una alternativa, especular y al mismo tiempo opuesta, donde los conflictos, conceptos y categorías de propaganda dejan de tener sentido.

2.1.1 El ladrillo se sienta, sin ser invitado (y con las manos vacías), en la misma mesa que los medios, jugando su propio juego, escondiendo bajo la manga la idea clandestina de la verdad.

2.1.2 En este juego mediático, porque ahora es un juego, es la historia la que produce la realidad, para suscitar la adhesión ciega del público. En esta dinámica, el poder no logra reprimir en sí mismo la tentación de poner a prueba constantemente la fidelidad incondicional de sus seguidores, sumergiendo cada vez más la narrativa en lo incoherente, lo absurdo, lo loco.

2.1.3 Paradójicamente, cuanto más ciego y sordo es uno, más inmune a la narración. Por el contrario, cuanto más disfruta de la buena vista, más vulnerable es a la narrativa. El albañil disfruta de una vista excelente, pero está tan lejos de la narrativa como el ciego.

2.1.4 El ladrillo, por tanto, pretende hacer espectacular la ruptura de la historia.

2.2 Habiendo sido los principios tradicionales de la lógica, la ciencia, la filosofía, la política y el arte incorporados al espectáculo, deformados e insignificantes, el ladrillo los rehabilita y dignifica con nuevas prácticas de des-espectacularización de la realidad. El ladrillo, con un movimiento improvisado e impredecible, irrumpe en el escenario y, poseído por la furia sagrada, se lleva todas las partes: protagonista, actor secundario y extra. Pero es la única mentira (el ladrillo no existe), mientras que, subiendo al escenario, solo dice la verdad.

2.2.1 Al rechazar formalmente estos principios, los rehabilita y les da nueva vida, realizando el proceso inverso de la realidad mediado por el espectáculo, que los acepta formalmente, de hecho los humilla. Trivialmente, al rechazar su codificación, permite nuevos espacios de posibilidades. En última instancia, el albañil es infinito en sí mismo.

2.2.2 El ladrillo no es la verdad, ni la posee, pero pretende romper el espejo que oculta su vista. Devuelve al hombre a la idea de verdad inmanente: es antimodernista propiamente en el sentido de que se niega a creer que no hay un estado de cosas. El ladrillo afirma, como condición necesaria para la libertad, la facultad del hombre para poder captar y afirmar la verdad; aplaude el anhelo de los generosos que lo atienden.

2.3 La práctica con la que el ladrillo realiza sus propios fines consiste en la denuncia del debate, el rechazo de un no debate decidido a priori y abordado por quienes tienen acceso al escenario. En una situación en la que el debate en sí mismo es masticado por las fauces omnívoras del espectáculo, el ladrillo se niega a participar y, de hecho, lo denuncia como un método de imposición de ideas.

2.3.1. Dado que la noesis es un principio gnoseológico superior a la dianoia, el ladrillero pretende recuperar la intuición como herramienta cognitiva indispensable del pensamiento lógico, tanto más en una era de distorsión sistemática y adulteración del pensamiento científico por parte de los maestros del discurso.

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3. Nuestro siglo se disculpa por sí mismo al afirmar que la ciencia y la tecnología son principios normativos neutrales e infalibles de las propias acciones: el ladrillo, el nuevo Prometeo, pretende desenmascarar esta afirmación, indicando la voluntad como el motor último de toda acción humana.

3.1 El dominio de la tecnología presupone que la gestión de la vida y la resolución de conflictos son problemas científicos, racionales y objetivos. Al negar su naturaleza puramente política, el poder utiliza a los expertos y al llamado consenso científico para ocultar su dominio y disfrazar su naturaleza tiránica.

3.2 El camino existencial en la base de la fabricación de ladrillos está constituido por el rechazo del principio de autoridad y de la narrativa a la que se adapta. La fabricación de ladrillos cree que no se puede aprender ninguna verdad del procesamiento de datos estadísticos. Más bien, prefiere la haruspicina ya que, si bien se corresponde con ella en esencia, es un arte más antiguo y venerable. Por supuesto que él tampoco cree, pero ese no es el punto.

3.3 El poder consiste en poder establecer relaciones causales -o afirmar su ausencia- ex auctoritate. Una prerrogativa tan crucial no puede abandonarse a un "debate científico libre" con resultados impredecibles, sino que es invocado por el poder, que, disponiéndose de él a su voluntad, pone en escena una pseudo-libertad, un pseudo-debate, una pseudociencia.

3.3.1 La ciencia sirve como notario y como propagandista del poder. Ha abandonado el método para convertirse en un culto burocrático.

3.3.2 A la llamada "verdad científica" oponemos la intuición, la conjetura, el ingenio, como ajenos a la rama del espectáculo.

3.3.3 Las fuentes están dañadas en la fuente. Esto significa que el ladrillo no persigue una concepción en la que el ágora, la esfera pública, esté ocupada por individuos que deben ser sustancialmente "periodistas de sí mismos". Esta solución, además de utópica y poco realista, sólo contribuiría a disimular aún más el dominio de los actuales "maestros del habla", contribuyendo a la preservación de su yugo.

3.3.4 Ninguna realidad es real si no está incorporada y, por lo tanto, experimentada directamente. La vida es verdad, la verdad es vida.

3.3.5 Solo los hechos sagrados pueden jactarse, no abusivamente, del atributo de la verdad: no solo no se han probado como dignos de fe, sino que son dignos de fe como no probados. Sólo un hecho cuyo atributo de verdad carece a priori puede necesitar prueba. Demuestre lo contrario.

3.3.6 El ladrillo persigue la desintermediación total de las relaciones humanas y mediáticas, que para ser posible debe ser total y radical.

3.4 Los albañiles aceptan las ofensas, los insultos y en general cualquier manifestación civil o descortés de disensión entre miembros y forasteros, como un auténtico medio dialéctico de formación del yo pensante, en contraposición al superyó del hombre de soja que escenifica los no-pensamientos, impráctico y preempacado.

3.4.1 El albañil no es vulnerable a los cambios de suerte y las provocaciones de los traidores. No se preocupará por el desprecio del mundo, porque sabe que el camino hacia el ascetismo es peligroso y lascivo.

3.5 Con el colapso de las ideologías y de la sociedad colectiva de masas en general, en el mundo post-pandémico 5.0, ya no existe ningún cuerpo intermedio entre el yo y el otro, ni siquiera la propia carne. La ladrillera desea reconectar esta intermediación a través de las "redes", subvirtiendo las antiguas categorías míticas.

3.6 La fabricación de ladrillos, por tanto, considera las redes como el terreno más fértil para el nacimiento de un nuevo ser, de nuevas construcciones sociales, antropológicas, ontológicas, hasta ahora imposibles por estar bloqueadas por la intermediación de las estructuras de poder. A pesar de todo, la web sigue siendo el no lugar más libre del mundo. Por tanto, el ladrillo no pretende digitalizar la realidad, sino digitalizarla.

3.6.1 La fabricación de ladrillos utiliza las categorías de la cultura pop y el léxico tomado del lenguaje urbano para hacer que estas categorías sean explícitas y manifiestas.

3.6.2 Los medios de expresión a través de los cuales la fabricación de ladrillos transforma y revierte las categorías existentes son la post-ironía, el shitposting y el MeMe, una forma de arte pura y libre, por lo tanto, del pueblo.

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4. El shitposting multinivel y la post-ironía hacen que la realidad y la ficción, la ficción y la realidad sean indistinguibles a los ojos de los no albañiles – o "normie" -, socavando el espectáculo en sus cimientos. Estos medios, por tanto, apuntan a la construcción de un nuevo lenguaje mítico, ahora explícito, ahora alusivo, y por tanto conecta el ladrillo (y su dueño) al lenguaje de lo divino y de la verdad.

4.1

4.2 La realidad me imita a mí. El MeMe, por tanto, escribe la realidad.

4.2.1 La quiebra intelectual de la ciencia moderna se atestigua, entre otras cosas, por la falta de enunciación del punto 4.2 como una ley natural.

4.3 El Maciste es el héroe moderno capaz de lanzar la mirada más allá de la mentira del espectáculo y gritar la verdad al mundo. Puede hacer esto porque es hermoso, y es hermoso porque es capaz de hacer esto: la gnoseología del ladrillo se basa en kalokagathìa.

4.3.1 Si el Soy-Man, orbitado por la belleza y lo sagrado, no puede tener otro horizonte axiológico y espiritual que en el trabajo inteligente, en lo virtual y en el consumo, el Maciste aspira a reencontrarse plenamente con cada una de sus facultades manuales, intelectual y espiritual.

4.4 El artista del ladrillo es, en efecto, una singularidad infinitesimal de un enjambre de inteligencia, simbolizado por el ladrillo.

4.4.1 Brick rechaza el crepuscularismo y se refugia silenciosamente en una realidad mítica ficticia. Es el desafío vitalista a la realidad pospandémica.

4.5 El círculo no existe, pero si existiera, su área sería aproximadamente tres cuartas partes de la del cuadrado circunscrito a él.

4.6 King Kong> Godzilla.

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5. Dado que la modernidad es el interminable y omnipresente funeral del mundo, sólo de las cenizas de su debilitada razón puede renacer la vida.

Esta es literalmente nuestra ideología.


Esta es una traducción automática de una publicación publicada en el blog Il Pedante en la URL http://ilpedante.org/post/letteralmente-la-nostra-ideologia el Thu, 18 Mar 2021 06:52:07 PDT.