Los bancos centrales responden a las presiones salariales y de precios en el contexto de economías inciertas

Las recientes decisiones políticas de los principales bancos centrales han estado finamente equilibradas y han introducido un nivel de incertidumbre respecto de sus acciones futuras. La Reserva Federal optó por mantener el tipo de referencia sin cambios, pero indicó un posible aumento de tipos en su próxima reunión. El Banco de Inglaterra se mantuvo firme con una votación dividida casi en partes iguales, lo que llevó a algunos a creer que se había alcanzado el pico. El Banco Central Europeo, a pesar del debilitamiento del crecimiento económico, subió las tasas. Estas tasas de interés han ejercido presión sobre los precios salariales a medida que surgen incertidumbres económicas en estos países.

Dinámica salarial que influye en las políticas del banco central

La creciente complejidad en la interpretación de las señales de los movimientos de precios y la actividad económica ha contribuido a esta incertidumbre. Esto plantea la posibilidad de errores y una posible divergencia en las políticas entre los principales bancos centrales después de más de un año de ajuste paralelo.

Un factor que contribuye a la posible divergencia es el cambio en los factores que impulsan la inflación. Los factores del lado de la oferta, como las perturbaciones pandémicas y los acontecimientos geopolíticos, han disminuido, lo que hace que los factores internos sean más importantes. Los bancos centrales están siguiendo de cerca el crecimiento de los salarios que, de mantenerse en niveles elevados, podría impedir que la inflación básica y de servicios se alinee con la inflación general.

El comportamiento del crecimiento de los salarios varía según las economías. En Estados Unidos, los salarios por hora se han moderado , pero se mantienen en niveles incompatibles con una inflación del 2%, si se mantienen. La pregunta clave es si esto es una respuesta a la inflación pasada o si los trabajadores ven estos aumentos salariales como una nueva base.

En la eurozona, donde los salarios suelen determinarse mediante negociaciones colectivas, hay un retraso en la respuesta a la inflación de precios. El Banco Central Europeo está dando mucha importancia al crecimiento salarial en sus decisiones políticas.

Estos contrastes resaltan la influencia de las relaciones laborales sobre la inflación y las políticas del banco central. Las diferentes dinámicas del mercado laboral dan lugar a variaciones en la formación de salarios, que a su vez influyen en la inflación. Además, los mercados laborales son inherentemente políticos, como se ve en las huelgas laborales en curso. Esto hace que las negociaciones salariales sean complejas de predecir e influir para los bancos centrales.

El Reino Unido destaca con un crecimiento de los salarios nominales significativamente mayor que el de las economías más grandes. El crecimiento interanual de los salarios regulares es del 7,8%, muy por encima de la inflación de precios. Los comentarios del Banco de Inglaterra sobre los salarios a veces han suscitado controversia. La comunicación eficaz es clave para evitar mayores tensiones en los mercados laborales.

Independientemente de la dinámica salarial local, los bancos centrales deben garantizar que el crecimiento salarial esté en consonancia con niveles coherentes con sus objetivos de inflación. Este será un aspecto crítico de sus estrategias políticas.

Abordar el impacto potencial de las espirales de precios y salarios

El concepto de espirales de salarios y precios está ganando renovada atención, y esto podría plantear desafíos a los bancos centrales de todo el mundo, incluidos la Reserva Federal, el Banco Central Europeo, el Banco de Inglaterra, el Banco de Japón y otros.

Las recientes acciones del sindicato United Auto Workers (UAW), en una huelga selectiva contra los principales fabricantes de automóviles de Detroit, han vuelto a poner este concepto en el centro de atención. Desde una perspectiva económica, la inflación puede persistir en niveles elevados a medida que los trabajadores ganan mayor poder de negociación para exigir salarios que superen los aumentos de precios.

La Reserva Federal y otros bancos centrales como el Banco de Inglaterra están siguiendo de cerca estos acontecimientos. Una investigación realizada a principios de este año por el ex presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, y Olivier Blanchard destacó el potencial de una espiral de precios en mercados laborales ajustados. Dado que los sindicatos ejercen influencia en el sector manufacturero, particularmente en el actual mercado laboral ajustado de Estados Unidos, el riesgo de una espiral de este tipo es preocupante.

Ha habido un aumento notable en la actividad sindical en Estados Unidos y en todo el mundo, impulsado en parte por aumentos significativos en los costos de vida esenciales, incluidos alimentos, vivienda, cuidado infantil y seguros. Combinada con los crecientes precios del petróleo, esta situación presenta un desafío importante para las personas con presupuestos fijos.

Las recientes negociaciones laborales, en particular las del UAW , probablemente darán lugar a acuerdos generosos, lo que contribuirá a la percepción de salarios rígidos para la Reserva Federal. Es probable que este factor influya pronto en el proceso de toma de decisiones de la Reserva Federal.

Mientras la Reserva Federal enfrenta estos desafíos, es importante recordar que los bancos centrales responden a la economía en lugar de fijar las tasas directamente. La incertidumbre sobre la trayectoria económica complica aún más los intentos de la Reserva Federal de señalar un rumbo político claro.

La naturaleza impredecible de la economía ha puesto en duda las previsiones anteriores de la Fed. Si bien las recientes demostraciones de fortaleza de los sindicatos pueden tener un impacto en la inflación, todavía es demasiado pronto para determinar si esto conducirá a un aumento sostenido.

En general, aunque las perspectivas de inflación siguen siendo inciertas, existe un riesgo importante de recesión en Estados Unidos que no debe pasarse por alto. Este complejo panorama económico plantea desafíos a los bancos centrales de todo el mundo.