Vladimir Putin está mucho menos aislado de lo que las cancillerías y los medios de comunicación occidentales quieren hacer creer. En realidad, el zar de Moscú se mueve con gran habilidad en numerosos escenarios internacionales, explotando con su conocida astucia las debilidades y divisiones de Occidente , y en particular las que hoy caracterizan a los Estados Unidos de América.
Sahel
En África, por ejemplo, consiguió expulsar a Francia de sus antiguas colonias en el Sahel, sustituyendo la influencia de París por la de Moscú en una zona de fundamental importancia desde el punto de vista geopolítico, también por la presencia de ricos yacimientos de "tierras raras" imprescindibles para la construcción de dispositivos electrónicos de todo tipo.
América Latina
En América Latina, antaño considerada el "patio trasero" de Estados Unidos, los rusos (y los chinos) se ganan la simpatía de numerosos gobernantes del continente, más sensibles a las alianzas militares y comerciales que a los llamamientos a la democracia lanzados por un cansado Joe Biden .
Muchos pensaban que Putin estaba completamente absorto en la difícil guerra de Ucrania, pero en cambio está demostrando a todos que no es así en absoluto. A pesar del pacto de hierro que lo une a Xi Jinping , de hecho se está metiendo en áreas que también son de interés primordial para Beijing, lo que sugiere que no está dispuesto a desempeñar un papel meramente auxiliar dentro de la alianza Rusia-China.
Corea del Norte
Consideremos, por ejemplo, Corea del Norte, el "Estado ermitaño" que durante décadas tuvo relaciones casi exclusivas con la República Popular. Tras haber ido a Pyongyang, el líder ruso fue recibido con gran pompa por Kim Jong-un , quien le organizó una entusiasta acogida por parte de la población, evidentemente debidamente formada por las autoridades.
El zar puede contar ahora con la ayuda militar norcoreana , que podrá aprovechar en el conflicto ucraniano, e incluso ha firmado un tratado que obliga a los dos países a intervenir mutuamente en caso de ataques exteriores. Realmente no está mal para Kim, quien hasta ahora era considerado sólo un tributario de Beijing .
Sorpresa Vietnam
Pero la verdadera sorpresa llegó con la posterior visita de Putin a Hanoi. Una visita importante porque Vietnam, que ganó la guerra contra los estadounidenses también gracias al constante apoyo militar y logístico de la Unión Soviética, se había acercado recientemente a los Estados Unidos y a Occidente, sobre todo con una función antichina. Vietnam y China nunca han estado en buenos términos, desde los tiempos en que los vietnamitas lograron liberarse del dominio del Celeste Imperio.
En épocas más recientes también se han producido conflictos militares entre los ejércitos de ambas naciones, que han dejado consecuencias notables. Los vietnamitas temen el expansionismo chino y lo han denunciado repetidamente sin dudarlo. La visita de Putin les ofrece una alternativa, reviviendo viejos vínculos de la era soviética. No es casualidad que el presidente vietnamita, To Lam, también recibiera al zar con gran fanfarria, movilizando a la población como lo hizo Kim en Corea del Norte.
Biden pierde piezas
Esto despertó la ira de Washington, donde creían haber arrastrado definitivamente a Vietnam a la esfera de influencia estadounidense. El hecho es que la administración Biden continúa perdiendo piezas en el tablero de ajedrez internacional , y no hay señales de que la avalancha esté destinada a terminar pronto.
Queda por entender, a este respecto, cuál es la verdadera posición de la República Popular. A falta de comentarios oficiales, se puede argumentar que a Beijing, a pesar de la "alianza sin límites", no le gusta mucho el activismo de Putin en áreas geográficas que considera de su competencia. Esto no significa, por supuesto, el fin de la mencionada alianza. Pero Putin demuestra una vez más que es un hueso duro de roer, que no está en absoluto debilitado por las sanciones occidentales.
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