Al-Masri asesinado en Teherán, no es de extrañar: Irán y al Qaeda prácticamente siempre han colaborado

Hace unos días, el New York Times publicó una noticia exclusiva: el 7 de agosto, el Mossad presuntamente mató al terrorista Abu Muhammad al-Masri, número dos de al-Qaeda, en Teherán. Cuando un hombre fue asesinado en la capital iraní, asesinado a tiros por dos asesinos altamente entrenados, los iraníes dejaron circular la noticia en la red de que era Habib Daud, miembro de Hezbollah, quien murió junto con su hija. En esa historia, la única verdad era que Daud, nacido al-Masri, había muerto con su hija, Maryam, de 27 años, esposa de Hamza Bin Laden, fundador de al-Qaeda.

Lo más fascinante de esta historia no es solo que el Mossad parece haber vuelto a golpear libremente en Teherán, el corazón palpitante del enemigo iraní, sino que el golpe llegó precisamente el 7 de agosto, triste aniversario del atentado a las embajadas estadounidenses en Kenia y Tanzania (1998), donde perecieron más de 200 personas. De esos ataques, al-Masri fue la mente principal, una señal de que, como en las mejores películas, tarde o temprano los buenos siempre obtienen su justa venganza.

Las revelaciones del NYT han llevado a muchos observadores a denunciar las relaciones entre la República Islámica y el yihadismo sunita. Para aquellos que han estado lidiando con los crímenes del régimen iraní durante años, este vínculo se conoce prácticamente desde hace mucho tiempo y es lo que ha llevado a pocos analistas serios a refutar la afirmación de que Irán lucha contra el terrorismo como falsa.

Empecemos por el principio: el régimen iraní ha mantenido relaciones estables con al-Qaeda desde finales de la década de 1980, cuando Osama Bin Laden era un refugiado en Sudán. Prueba de estos estrechos vínculos fue la Comisión Especial creada en Estados Unidos tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.

En los años en que bin Laden era un refugiado en Sudán, Teherán envió delegaciones desde Pasdaran a Karthoum y, a través del terrorista Imad Mughanyeh, incluso llevó a terroristas de al-Qaeda al valle de Bekaa en Líbano para proporcionarles entrenamiento militar. Cuando Bin Laden se mudó a Afganistán, el régimen iraní permitió que los terroristas sunitas, algunos de los cuales participaron en el ataque del 11 de septiembre, pasaran libremente por su territorio. Wail al Shehri, Waleed al Shehri y Ahmed al Nami, antes de llegar a Estados Unidos, pasaron de Kuwait al Líbano, donde se embarcaron hacia Irán, de donde luego llegaron a Bahrein. Otro terrorista, Khalid al Mihdhar, primero pasó libremente de Irán a Siria, luego regresó a Teherán antes de entrar en Afganistán.

Recordamos que en 2017, participando en los Diálogos Med , el entonces canciller saudí al-Jubeir denunció públicamente el apoyo financiero de Irán a al-Qaeda, pero su denuncia no fue aceptada por las autoridades italianas y europeas, que prefirieron seguir el estrategia del presidente estadounidense Barack Obama, abriendo puertas al régimen iraní. En cuanto a Arabia Saudita, recordamos que en junio de 1996 un operativo saudita de Hezbollah hizo estallar un complejo de viviendas cerca de Dhahran , matando a 19 soldados estadounidenses. En 1997, se supo que los operativos de al-Qaeda probablemente habían contribuido directamente a organizar el ataque. El principal autor de esos ataques, Ahmed al-Mughassil, fue capturado en Beirut en 2015 y trasladado a Riad para ser juzgado.

Otros dos datos importantes que demuestran las sólidas relaciones entre al-Qaeda e Irán. En 2018 se hicieron públicas las fotografías de Sulaiman Abu Ghaith , durante años portavoz de Osama Bin Laden en Irán. Las fotografías fueron encontradas en el escondite paquistaní de Osama Bin Laden, cerca de Abbottabad, cuando el fundador de al-Qaeda fue eliminado por las fuerzas especiales estadounidenses.

Irán también fue acusado de complicidad indirecta en el ataque a la discoteca Reina en Estambul en 2016. El responsable del ataque, el uzbeko Abdulkarim Masharipov, también conocido como Abu Muhammad al-Khorasani, había llegado a Turquía en diciembre de 2016, pasando de Afganistán a Irán y finalmente a Pakistán. En Irán, Masharipov había sido arrestado pero, inexplicablemente, había sido puesto en libertad a pesar de que sus vínculos con al-Qaeda eran claros.

Es inútil recordar la financiación anual del régimen iraní a otros grupos terroristas sunitas, como Hamas y la Jihad Islámica, ahora conocidos por todos. Basta recordar aquí que tras el acercamiento entre Teherán y Hamas el año pasado, el régimen iraní ha decidido llevar la financiación al grupo terrorista palestino a 30 millones de euros mensuales.

Por lo tanto, la narrativa de que Irán lucha contra el terrorismo islámico sunita, al Qaeda y, más recientemente, ISIS es refutada por los hechos. Irán se volvió contra ISIS solo cuando este último amenazó sus fronteras, por el bien de la seguridad nacional, totalmente desconectado de la seguridad internacional. En Siria, por ejemplo, Irán no tuvo problemas para apoyar a un régimen que, según la propia Unión Europea, compraba periódicamente petróleo a los yihadistas del Estado Islámico.

El apoyo iraní al terrorismo internacional ha continuado ininterrumpidamente desde la década de 1980. Por tanto, el diálogo con Teherán debería estar condicionado al fin de las políticas agresivas del régimen iraní en todos los sectores, desde los misiles nucleares hasta las milicias regionales.

El post de Al-Masri asesinado en Teherán, no es de extrañar: Irán y al Qaeda prácticamente siempre han colaborado apareció primero en Atlantico Quotidiano .


Esta es una traducción automática de una publicación publicada en Atlantico Quotidiano en la URL http://www.atlanticoquotidiano.it/quotidiano/al-masri-ucciso-a-teheran-nessuna-sorpresa-iran-e-al-qaeda-collaborano-praticamente-da-sempre/ el Tue, 17 Nov 2020 03:37:00 +0000.