¡Gracias!

Antes de adentrarnos en las brumas cimerias, unas palabras de agradecimiento y una diapositiva, una de las que os comentaba ayer.

Mientras tanto, gracias.

No es obvio en estos días tener un salón tan lleno y lleno como este. Tan lleno, es decir, sin asiento libre. Llena así, es decir, llena de gente que quiere entender y comprometerse. La sensación es que el balance entre los que perdimos en el camino y los que encontramos es positivo no solo en términos cuantitativos (al respecto puede haber ayudado la exposición política), sino sobre todo en términos cualitativos. Más jóvenes, más familias, más personas cualificadas profesionalmente, menos desequilibrados emocionalmente, menos fanfarrones, menos mediocres.

Hemos pasado por muchos tamices.

Podemos disculpar a los que se confundieron, pero no podemos disculpar por qué se confundieron: porque no confiaron en mí, o sea, porque eran grillinos. Por el amor de Dios: si fe y confianza son dos palabras diferentes, hay una razón: ¡son dos cosas diferentes! De hecho, el fundamento de la fe no es racional. Pero es irracional desconfiar del camino que aquí se ha trazado y cuya primera década se resumía hoy en #midtermgoofy. Hay un objetivo (lo de siempre), luego hay un rumbo (que no puede ser la línea recta de los estrategas del Sport Bar), luego hay un progreso (alguien recordó que en el anterior #midtermgoofy Marcello había señalado que había cámaras, hoy teníamos tres redes nacionales y estábamos en todas las agencias con mensajes no triviales), así que estamos avanzando. El que no lo ve es porque no quiere verlo, es porque no necesitaba comprometerse, sino besos en el cuello, halagos y halagos a su propio hijito estreñido, o peor aún, un rápido impulso sociopolítico. Lo siento: no es que no sea cortés por naturaleza, pero perder el tiempo para los que saben más es lo siento, y sé lo suficiente, a estas alturas, para entender si la persona que tengo delante es un hombre de carne y hueso. o cagar y hablar. Entonces, basándome en esta experiencia, creo que puedo decir que la calidad de la comunidad está creciendo, y eso es algo bueno.

Hemos pasado, dije, por muchos tamices.

Mi investidura política fue la primera, la salida del gobierno ortóptero fue otra, el COVID fue otra (y me complació hoy ver que alguien entendió lo que hicimos en ese período), la confianza en Draghi fue otra, la más espesa. Hemos sacudido el salvado, queda harina fina y con esto, y con la levadura de nuestras reuniones, prepararemos nuestro pan. Tenemos un año para hacerlo: levadura natural, y largo.

¡Así que gracias!

Naturalmente, gracias también a la institución que nos acogió y gracias también al personal de a/simmetrie. Son un poco escasos, como te habrás dado cuenta, pero al menos son bonitos a la vista, y la vista también quiere su parte.

¿O no?

En este sentido, gran ovación por la gráfica diseñada por Sara.

En cualquier caso, me asombra cómo en cada encuentro es posible superar el interés, el entusiasmo, la tensión emocional, la satisfacción intelectual, en definitiva: el éxito del anterior. Y esto después de diez (trece en realidad, pero para la asociación diez) putos años en los que podíamos decirnos que nada ha cambiado, pero algo ha cambiado. No sólo el hecho de que nos hayamos sacudido tantos excrementos (que, perdóname, no duele). No sólo el hecho de que el poder se haya vuelto más feroz y despiadado con quienes luchan por el cetro (como han señalado hoy tanto Giordano como Capezzone y Foa). No sólo el hecho de que ahora podemos observar ciertos procesos desde dentro, y en ocasiones podemos influir en ellos (la filiación europea, el catastro, la reforma de las CCB, la reforma del gobierno de las autoridades, etc.). Pero también, quizás, el hecho de que logramos enfocarnos en nuestro verdadero (y quizás único) enemigo: o mejor dicho, que finalmente lo lograste, ¡porque creo que te dije de quién desconfiar de quién te lo dije en tiempos muy poco sospechosos ! El jueguecito con el que te quieren joder, para hacerte creer que serías más fuerte si tus representantes fueran más débiles, tú, al menos tú, deberías haberlo descubierto finalmente, o eso parecía hoy.

Y esto asusta mucho a los demás: asusta al Poder, y asusta a los mediocres.

Y ahora, como prometí, una diapositiva que anoche me costó noventa minutos de trabajo, y que tiene su razón de ser, incluso estéticamente:

En rojo, el valor real histórico del PIB en términos reales, en miles de millones de euros. Las líneas punteadas son, en cambio, los pronósticos de siete años emitidos por el FMI en los 15 años desde 2008 hasta 2022: una ruta de pronóstico de siete años comienza a partir de cada año (en negro discontinuo) que, como puede ver, solo en casos muy raros coincide o se aproxima a la que entonces habría sido la disposición histórica real.

Hay: no quiero decir que el FMI no sepa hacer previsiones. Predecir a las siete no solo es imposible: ¡también es inútil! Pero precisamente por eso quería señalar lo vanidoso que es el nuevo enfoque de la gobernanza fiscal europea, ¡todo centrado en previsiones a siete años!

Vanum est vobis ante lucem surgere!

Pero también hay un detalle en este gráfico, que he intentado ilustrar hoy, y que quizás no se entendió bien. No es por casualidad que estas previsiones sean tan falaces, sino porque nos las hace volver con sus recetas de política económica que emite.

Para entender lo que quiero decir, mira esta tabla:

Lo construí tomando los errores de pronóstico (históricos menos esperados) un paso adelante, expresados ​​como porcentaje del valor histórico, y los saldos presupuestarios primarios, expresados ​​como porcentaje del PIB.

Así, por ejemplo, para el año 2008 la primera columna muestra la diferencia entre el valor histórico del PIB en 2008 y el pronóstico de 2008 realizado con la información disponible en 2007, mientras que la segunda columna muestra la relación saldo primario/PIB en 2008.

El resumen está en el número inferior derecho, -0.75: una correlación negativa fuerte y significativa.

¿Qué significa?

Significa que cuando el saldo presupuestario aumenta (es decir, se recorta), el error de pronóstico disminuye (es decir, el valor real del PIB es inferior al esperado).

¡Atención! Esto puede parecerte trivial, después de tantos años de hablar de ello: está claro que si la austeridad (recortes de gastos, aumentos de impuestos) "destruye la demanda interna", entonces la demanda interna (es decir, el PIB) se destruye. Más que claro, diría que es tautológico.

¡Lo que es menos tautológico, menos obvio, es que esta fuerte correlación negativa indica que el multiplicador continúa siendo subestimado en los modelos del FMI! ¡Simplemente no pueden admitir que la economía está respondiendo al estímulo fiscal!

De todos modos, mi resumen es este :

y después de todo, incluso Cottarelli, quien, como habrás visto, no es tan malo si consideras la alternativa, tuvo que admitirlo: entre las diversas comodidades que traen consigo, estas nuevas reglas también tienen la de un diálogo constante con el Comisión, para evitar ser sancionado cada vez que un error de pronóstico de otros tenga un impacto negativo en las trayectorias de gasto acordadas por el país.

Pero quizás para que este punto te quede claro, además del dibujito, también necesitarías un discurso. Quienquiera que estuviera allí lo escuchó, se lo haré a los demás cuando pueda.

Mientras tanto, buenas noches, y para los que estén mañana, ¡nos vemos en la Feria Agropecuaria !

(… Recuerdo las próximas fechas: 24 de mayo, 10 de julio. Entonces haz lo que quieras… )


Esta es una traducción automática de una publicación escrita por Alberto Bagnai y publicada en Goofynomics en la URL https://goofynomics.blogspot.com/2023/04/grazie.html el Sat, 15 Apr 2023 20:18:00 +0000. Algunos derechos reservados bajo la licencia CC BY-NC-ND 3.0.